La crisis del SIDA en la comunidad Latina ha sido calificada como una “epidemia invisible”
¡Pero nosotros no somos invisibles!
Por: Leandro Rodríguez, vicepresidente de la Comisión Latina sobre el SIDA, con Gilead Sciences, Inc.
Durante los últimos 40 años, gracias a la ciencia y a la promoción de la causa, muchos consideran que poner fin a la epidemia del SIDA está a nuestro alcance. Si bien con anterioridad el diagnóstico de la enfermedad era una sentencia de muerte, las medicinas actualmente permiten que las personas con SIDA vivan más tiempo y de una forma más saludable, y también pueden ayudar a prevenir la propagación de esta enfermedad.
El impacto de estos avances ha sido muy profundo. Los CDC estiman que las nuevas infecciones de SIDA en Estados Unidos han disminuido más del 70 por ciento desde 1984.
Sin embargo, en la comunidad latina las estadísticas siguen siendo alarmantes – y frustrantes.
Los casos nuevos están en aumento en nuestras comunidades, y los datos muestran que seguimos viéndonos afectados de manera desproporcionada por esta epidemia. Nosotros representamos menos del 20 por ciento de la población de EE.UU., pero constituimos más de una cuarta parte de todos los casos de SIDA y casi uno de cada tres de todos los diagnosticados nuevos en 2022. La tasa de casos nuevos entre los latinos es casi el doble del promedio nacional, y la segunda más alta de cualquier grupo racial o étnico en el país, después de las personas de color.
Estos números son mucho más que cifras en una hoja de cálculos. Representan a nuestros padres y parejas, a nuestros hermanos, amigos y vecinos.
El SIDA con frecuencia es considerado como una epidemia invisible en la comunidad latina, pero este de 15 de octubre vamos a poner la atención nacional en esta enfermedad y su impacto en nuestra comunidad mediante el Día Nacional de Concientización sobre el SIDA entre los Latinos – National Latinx AIDS Awareness Day (NLAAD por su sigla en inglés). Fundado por la Comisión Latina sobre el SIDA y la Federación Hispana, la misión del NLAAD es crear conciencia sobre el importante y crítico papel de los programas de educación sobre pruebas, prevención y tratamiento del SIDA dirigidos a las comunidades latinas, y sobre las disparidades y vulnerabilidades únicas que obstruyen los esfuerzos para poner fin a la epidemia del SIDA.
Impedimentos para el progreso
La discriminación y el estigma relacionado con el SIDA dificultan el acceso a los servicios de detección, prevención y tratamiento, al igual que toda una serie de desigualdades del sistema, culturales y económicas, como las diferencias (inequities) lingüísticas, la falta de seguros de salud y una atención médica culturalmente apropiada, sin olvidar la desconfianza médica.
A este cuadro se le suman la homofobia y las actitudes retrógradas que hacen que hablar de sexo y salud sexual sea un tabú. Todo esto se une al estigma y la desinformación en torno al SIDA, que se enconan en la comunidad latina y que impiden que muchas personas puedan acceder a la información precisa, las pruebas, tratamiento y prevención.
La prevención puede ser para todos
Una de las grandes innovaciones en la prevención del SIDA es la profilaxis previa a la exposición, o PrEP, una medicación que reduce de manera significativa el riesgo de contraer el SIDA cuando se utiliza tal como se prescribe.
La PrEP está disponible en las clínicas de salud, consultorios de médicos, departamentos de salud y organizaciones de servicios contra el SIDA. De hecho, el uso de la PrEP nacionalmente ha aumentado nacionalmente de manera constante desde que se introdujera por primera vez en 2012: un 17 por ciento solo entre 2022 y 2023.
Sin embargo, existen barreras del sistema que impiden que muchas personas se beneficien de esto. Mientras las personas de raza blanca han integrado la PrEP en sus rutinas de salud y representan el 64 por ciento de todos los usuarios de PrEP, la comunidad latina se ha quedado rezagada en su consumo y son el 18 por ciento, según datos del AIDSVu en 2023.
Cerrando la brecha en la atención del SIDA
Estas diferencias no son inevitables ni insuperables, por lo cual puedo imaginar el fin de la crisis latina del SIDA.
Solamente basta con echar un vistazo a nuestro alrededor. Nuestra gente está orgullosa. Nuestras familias son fuertes. Nuestra cultura es tan diversa como los países que alguna vez fueron el hogar de nuestras familias. No somos una sola estrella, somos toda una constelación. Nuestra rica tradición de activismo social y de defensa de las personas que viven con SIDA y de las personas homosexuales y transgénero que incluye a pioneros como Lorena Borjas, Cecilia Genntili, Ray Navarro, Salvia Rivera, Dennis de León y Pedro Zamora, por solamente mencionar a unos cuantos.
Nos conocemos mejor a nosotros mismos y a los demás. Seremos más eficaces a la hora de cerrar las brechas en la atención del SIDA porque sabemos lo que nuestra comunidad necesita. Debemos promover iniciativas educativas más adecuadas a nuestra cultura, y alentar a los proveedores de atención médica para que tengan interacciones más centradas en el paciente y en las pruebas del SIDA, la prevención y la profilaxis previa a la exposición (PrEP).
No estamos solos en esta lucha. Junto a organizaciones tales como Gilead Sciences, que ayuda a patrocinar programas de movilización de la comunidad en la lucha contra el SIDA, como el Día Nacional de Concientización sobre el SIDA entre los latinos – National Latinx AIDS Awareness Day (NLAAD por su sigla en inglés), la Comisión Latina sobre el SIDA, beneficiaria de Gilead, puede implementar toda una variedad de iniciativas destinadas a aumentar la educación y la concientización sobre el SIDA, específicamente en lo que respecta a los beneficios de las pruebas, el tratamiento y la prevención, y garantizar que más miembros de la comunidad latina tengan apoyo y acceso a la atención médica del SIDA. Estos esfuerzos de colaboración son vitales para cambiar la trayectoria de la epidemia.
¡Es el momento de actuar!
La fortaleza de la familia– ya fuere biológica o adoptada– como la piedra angular de la comunidad es nuestra mejor arma para eliminar los mitos relacionados con la salud sexual. Comencemos por hablar con nuestros familiares mayores y jóvenes y con los miembros de la comunidad. Eliminemos los mitos y normalicemos el SIDA, la PrEP y los servicios de apoyo disponibles para las personas que viven con SIDA. Hablar de nuestra salud es un acto de autopreservación y de preservación de la comunidad; no hay razón para sentirse avergonzado o juzgado por ello. Cerrar las brechas entre generaciones nos permite aprender de los demás y apoyarnos unos a otros.
Un futuro en el que el SIDA siga devastando nuestro avance como comunidad no es aceptable. Vale la pena luchar por cada vida en nuestra comunidad. Debemos y podemos detener al SIDA. Juntos.
LEANDRO RODRIGUEZ